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Catalizador: Quien con su presencia o intervención es capaz de hacer reaccionar un conjunto de factores


Rutina y disciplina


Cuando la rutina es un aliado y la disciplina para mantenerla la garantía del éxito

Paseaba un turista por la campiña inglesa, cuando llamó su atención una propiedad que descollaba sobre las demás por el verde césped que cubría varias hectáreas. Por largo tiempo estuvo nuestro amigo apoyado en la hermosa cerca de madera que limitaba con el camino, hasta que terminó llamando la atención del dueño de casa -que trabajaba a pocos metros-, quien se acercó sonriente.
Hechas las presentaciones de rigor, el turista alabó largamente la magnificencia de ese jardín imponente donde no había más que una suave y uniforme alfombra verde de pasto que todo lo cubría y de altura y trama tan uniforme y pareja que no parecía real.
Imaginando que detrás de tanta perfección se escondía la más avanzada tecnología en materia de semillas o de fertilizantes o de maquinaria utilizada para el corte preguntó cuál era el secreto. Por toda respuesta el hombre sólo dijo “Cortar el pasto y quitar los yuyos todas y cada una de las semanas del año durante los últimos... ¡¡¡trescientos años!!!”.
Es cierto, muchas veces el éxito depende de mantener una rutina de manera eficiente a lo largo de plazos prolongados.. Aunque la palabra “rutina” se haya convertido en sinónimo de aburrimiento y de falta de creatividad, no hay duda de que en muchos casos la obtención de un logro radica en una actitud repetida y constante acompañada con disciplina y rigor. Tanto detrás del mantenimiento de una usina eléctrica, por caso, como del diariero de la esquina que todas las mañanas distribuye las revistas a lo largo y alto de su puesto para que los clientes las vean -o en otros muchísimos otros casos-, está la rutina como modo de acción y la disciplina para llevarla a cabo como la garantía del éxito buscado.